
YO SOY TU DUEÑO, TU MI TESORO
Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece. — Éxodo 19:5
HAS DICHO COSAS DURAS acerca de mí, pero te preguntas: “¿Qué he dicho contra ti, Señor?”
Me has dicho: “¿De qué vale servirte? ¿Qué he ganado con obedecer tus mandamientos o con mostrarte que me sientes apenado por mis pecados?”
Y también has pensado: “Los arrogantes parecen ser bendecidos. Los que hacen maldad prosperan, y los que te desafían no sufren daño alguno”.
Te aseguro que siempre te escucho porque me temes y me honras. Cuando hablas con tus hermanos, estoy atento, y en mi presencia se registra todo lo que dicen. Les he dejado un libro para que recuerden, donde escriben los nombres de los que me temen y piensan en mi honor.
Tú eres mío. El día en que venga para juzgar, serás mi tesoro especial. Tendré compasión de ti, así como un padre tiene compasión de su hijo obediente.
Entonces verás con claridad la diferencia entre los justos y los perversos, entre los que me sirven y los que no lo hacen. Confía en que YO, tu Señor, estoy contigo, y no dejaré que tu fidelidad sea en vano. -.- ti4
MALAQUIAS 3.13-18
Ustedes han dicho palabras duras contra mí, dice el SEÑOR. Pero ustedes dicen: “¿Qué hemos hablado contra ti?”. Ustedes han dicho: “Es en vano servir a Dios. ¿Qué provecho hay en guardar sus mandamientos o en andar afligidos delante del SEÑOR de los Ejércitos? Ahora llamamos bienaventurados a los soberbios, pues los que hacen iniquidad no solo son prosperados, sino que también tientan a Dios y escapan”. Entonces los que temían al SEÑOR hablaron cada uno con su compañero, y el SEÑOR puso atención y escuchó. Y fue escrito un libro de memoria delante de él para los que temen al SEÑOR y honran su nombre. Ellos serán para mí un tesoro especial, dice el SEÑOR de los Ejércitos, el día que yo prepare. Tendré de ellos compasión, como un hombre tiene compasión de su hijo que le sirve. Entonces ustedes volverán a distinguir entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
SALMOS 73:3-9, 16-17
Tuve envidia de los arrogantes al ver la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, y su vigor está entero. No pasan trabajos como los otros mortales ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona; se visten de violencia como de un vestido. Sus ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos de su corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería. Contra el cielo ponen su boca, y su lengua pasea la tierra. […] Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta que entrando en el santuario de Dios comprendí el fin de ellos.
HEBREOS 6:10
Porque Dios no es injusto para olvidar el trabajo de ustedes y el amor que han mostrado hacia su nombre, habiendo servido y sirviendo aún a los santos.

