
YO SIEMPRE TE AMARÉ
Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. – Hebreos 4:15
¿PUEDE ALGO HACERME DEJAR DE AMARTE? Escucha mi voz y mírame bien: hablo tu idioma, camino por tu tierra y siento tus heridas. No soy un Dios distante ni ajeno a tu dolor. He respirado el mismo aire que tú, he sentido el frío de la noche y el calor del sol sobre mi piel. He experimentado la fatiga después de un día de trabajo y la alegría de una sonrisa sincera. ¿Te preguntas si entiendo cómo te sientes?. Mírame en mi infancia en Nazaret, con los ojos llenos de asombro, corriendo por las calles polvorientas. SOY YO, el Hijo de Dios, aprendiendo a hablar, tropezando mientras doy mis primeros pasos. Observa mis manos pequeñas en la mesa de María, derramando mi leche como cualquier niño. YO, el Creador del universo, me hice pequeño por amor a ti. Pero mírame más de cerca: he sentido el rechazo, la traición de un amigo, las lágrimas silenciosas en la oscuridad. Conozco la angustia de la soledad y el peso de la carga que a veces sientes en el corazón. No soy ajeno a tu dolor; lo he hecho mío. No busques más, encuentra tu respuesta en una cruz astillada. Allí, sobre una colina escarpada, estaba YO. Mírame bien: mi cuerpo herido, mis manos y pies atravesados por clavos, mi rostro cubierto de sangre y sudor. Cada latigazo que recibí, cada espina que perforó mi frente, cada insulto que escuché, lo soporté por ti. SOY YO a quien ves ahí arriba, tu Creador, tu Dios, atravesado por un clavo y sangrando. Cubierto de saliva y empapado de pecado. Es tu pecado lo que estoy sintiendo. Es tu muerte lo que estoy muriendo. Y es tu resurrección la que estoy viviendo. Así de mucho te amo.-.- ti4
ROMANOS 8.38-39; ISAÍAS 53.3-5; 2 CORINTIOS 5.21

