La Batalla por el Corazon de un Hombre

Batalla Hombres

ES 6 DE JUNIO DE 1944, CERCA DE LAS 07:10. ERES UN SOLDADO DEL TERCER DESEMBARCO EN LA PLAYA Omaha, en la costa de Normandía. Miles de hombres han ido antes que tú y ahora es tu turno. Cuando saltas del barco Higgins y caminas en el agua hacia la playa, el horror te rodea: cadáveres flotando, cuerpos lanzados por las olas, compañeros caídos sobre la arena. Subes la playa entre el estruendo de los disparos, el rugido del combate y el grito de los heridos. A tu alrededor, hombres avanzan con dificultad, otros apenas logran arrastrarse. Francotiradores acechan desde lo alto, cobrando más vidas. El dolor y el quebranto dominan la escena.
El daño es casi sobrecogedor. Cuando llega al acantilado, el único sitio seguro, encuentra escuadrones de hombres sin líder. Están traumatizados, pasmados y aterrados por la guerra. Muchos han perdido sus armas; la mayoría de ellos se niegan a moverse. Están paralizados por el miedo. ¿Qué concluyes después de haber captado todo esto? ¿Cómo evaluarías la situación? Cualquier otra cosa que llegara a tu mente, tendría que admitir: Esta es una guerra brutal, y nadie estaría en desacuerdo contigo o pensaría que es raro por haber dicho esto.
Sin embargo, no piensas con esta claridad acerca de la vida. Mira a tu alrededor, ¿qué observa? ¿Qué ve en las vidas de los hombres con quienes trabajas, vive o va a la iglesia? ¿Están llenos de libertad apasionada? ¿Luchan bien? ¿Están sus mujeres profundamente agradecidas por lo bien que las han amado sus hombres? ¿Están sus hijos radiantes de afirmación? La idea es casi risible, si no fuera tan trágica.
Los hombres han sido eliminados a derecha e izquierda. Esparcidas por el vecindario yacen las vidas destrozadas de hombres que han muerto a nivel del alma por las heridas que han recibido. ¿Has oído la expresión “él solo es la piel de un hombre”? Han perdido el corazón. Muchos otros están vivos pero gravemente heridos. Intentan arrastrarse hacia adelante, pero pasan grandes trabajos para lograr organizar sus vidas; parecen mantenerse dando golpes. Tu conoces a otros que ya están cautivos, languideciendo en prisiones de desesperación, adicción, ociosidad o aburrimiento. El lugar parece un campo de batalla, la playa Omaha del alma….

ESTOY AQUÍ PARA DECIRLE QUE TU PUEDE RECUPERAR TU CORAZÓN.

Pero debes saber que no será fácil. Si deseas sanar tus heridas, restaurar tu fortaleza y descubrir quién eres realmente, tendrás que luchar por ello. ¿Sientes esa chispa dentro de ti? Ese anhelo de vida verdadera, de propósito. Y, al mismo tiempo, ¿oyes la otra voz? Esa que te dice que esto es absurdo, que es imposible, que quizás algunos lo logren, pero tú no. Esa voz es parte de la batalla. Pero YO ESTOY aquí para guiarte en la lucha.

No estoy inventando esto. YO te creé con un propósito. Y aunque el enemigo quiera verte derrotado, paralizado por el miedo, YO te llamo a levantarte. No estás solo en esta playa. No estás solo en esta guerra. Sigue adelante, porque YO HE VENCIDO por ti.

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