YO TE HONRO AUN SI CAES EN LA BATALLA


NO IMPORTA LA CRITICA ni el que se burla desde la comodidad. No importa el que señala con el dedo cómo han tropezado otros, o el que dice que él lo habría hecho mejor. Vine a llamar a menospreciados para sacarlos de su cobardía y a observadores pasivos para meterlos en la lucha.

El mérito es del hombre que está en la lucha, del que se ensucia las manos, del que suda y sangra por algo más grande que él mismo. El que cae, pero se levanta porque reconoce que YO lo sostengo. El que se entrega con pasión, con toda su fuerza, sin reservarse nada.

Bienaventurado el que se agota en una causa justa, porque su esfuerzo no será en vano. Si vence, conocerá la gloria; si cae, lo hará con honor, con un corazón arrepetido del mal que ha hecho, pero sin arrepentirse de no haberlo intentado. Prefiero a un hombre que lucha y falla, que a uno que nunca se atreve.

Les digo la verdad: el reino no es para los tibios, para los que se esconden por miedo a perder. No quiero hombres de excusas, sino de acción. No quiero corazones fríos que nunca han amado con toda su alma ni “guerreros” que nunca han probado el sabor de la batalla.

Si fracasan, pero lo han dado todo, su lugar será conmigo. Pero si se quedan al margen, si dejan que el miedo los paralice, no esperen recompensa. Porque el Padre honra al valiente, no al que se sienta a juzgar desde la sombra.


“No temas, porque YO ESTOY contigo. Aunque la batalla sea feroz y sientas que tus fuerzas te abandonan, YO SOY tu refugio y tu fortaleza” (Isaías 41:10).

“Aunque caigas, no quedarás postrado, porque YO, el Señor, te sostengo con mi mano” (Salmo 37:24). Muchos creen que la victoria solo pertenece a los que nunca tropiezan, pero YO te digo: incluso en tu caída, YO te honro, porque has peleado con fe y no has negado mi nombre (Apocalipsis 3:8).

“El que persevere hasta el fin, ese será salvo” (Mateo 24:13). No te midas por tus derrotas, sino por tu determinación de levantarte. YO SOY el Buen Pastor que deja las noventa y nueve para buscarte y restaurarte cuando desfalleces (Lucas 15:4-5).

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y YO los haré descansar” (Mateo 11:28). Cuando el peso de la batalla parezca insoportable, recuerda que en Mí tienes descanso. No eres menos valioso porque has caído; al contrario, YO derramé mi sangre por ti, y en mi amor encuentras redención (Romanos 8:37-39).

“Levántate, porque tu luz ha llegado, y la gloria del Señor ha nacido sobre ti” (Isaías 60:1). No temas la derrota, porque YO la uso para fortalecer tu carácter y llevarte a nuevas alturas. La verdadera honra no está en nunca caer, sino en confiar en Mí para levantarte.

“Sé fiel hasta la muerte, y YO te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10). Aun en tu debilidad, YO te honro, porque tu fe ha sido probada como oro refinado. YO ESTOY contigo hasta el fin de los tiempos (Mateo 28:20).

Jesús.

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