
YO NO TE ECHO FUERA
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. – Juan 6:37
ESCÚCHAME. NO HAY FORMA EN QUE TE ECHE FUERA.
Sé que tienes muchas razones para pensar lo contrario. Conoces tu propia debilidad, tu pecado, tus fracasos. A veces, incluso cuando ya no puedes señalar una falta específica, sientes que, con el tiempo, me cansaré de ti y me alejaré. Pero no es así.
Me dices con temor: “Señor, he fallado de muchas maneras”.
– Lo sé.
“Conoces parte de mi corazón, pero hay una oscuridad dentro de mí que nadie más ve”.
– Lo sé todo.
“Mi problema no es solo mi pasado. También es mi presente”.
-Lo entiendo.
“No sé si podré salir de esto pronto”.
-Estoy aquí para ayudarte precisamente en eso.
“La carga es pesada, y cada vez lo es más”.
-Entonces, déjamela a mí.
“Es demasiado para mí”.
-Pero no para mí.
“Señor, mi pecado no ha sido solo contra otros. Ha sido contra ti”.
-Por eso soy el más indicado para perdonarte.
“Pero hay más maldad en mí de la que imagino. ¿Y si te cansas de mí?”
-Al que viene a mí, no lo echo fuera. -.-
HEBREOS 4:15-16
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
SALMO 103:13-14
Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.
1 JUAN 1:9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

