YO CUIDO DE TI


Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo? —

Marcos 4:38

UN GRITO SINCERO QUE SALE DE TU CORAZÓN, un grito doloroso. Como una madre que llora a un niño perdido. Un esposo a quien le es arrancada su esposa en un accidente. Las lágrimas de un niño sin sus padres. El lamento pregunta al cielo con un grito hacia mi: “¡¿Dios, no tienes cuidado de mí?!…”, “¿por qué yo?”, “¿por qué mi amigo?”, “¿por qué mi familia?”. Es la pregunta de todos los tiempos. Una pregunta que ha hecho toda persona que ha caminado en esta tierra. Una pregunta que tú has hecho cientos de veces. Mientras los vientos soplaban y el mar ruge, me gritas desconcertado y con miedo: ¿no tienes cuidado que me muero de dolor?. YO podría haberte mirado desde lejos. Podría haberte dicho que te calles. Podría haberte mencionado tu inmadurez… Pero no lo hice. Silencio la tormenta para que me escuches. Con toda la paciencia que solamente alguien que cuida de otros tiene, con la paciencia con la que cree el universo y te esperé. YO contesto al dilema de tu dolor y miedo: ¿Dónde estoy cuando sufres? Escuchando y Sanando. Ahí es donde estoy. Porque YO tengo cuidado de ti.


SALMO 46.1, 27.10; HEBREOS 13.6; ISAÍAS 57:18-19

2 Comentarios

  • Jeimy

    Gracias, mil gracias por compartir de una manera tan especial la palabra de Dios. No tiene idea del bien que está aportando a tantos corazones, incluido el mío. Que el Señor Jesús siga obrando a través suyo.

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