YO SOY EL ALFARERO

YO SOY EL ALFARERO, TU MI VASIJA

¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos. – Jeremías 18:6

BAJA DEL PEDESTAL en el que te has colocado, ese lugar donde crees que debes estar para ser suficiente. Levántate, sacúdete la tristeza y ven a Mi casa. Allí te espero con los brazos abiertos. No quiero verte más decaído, quiero que te encuentres conmigo, que descanses en Mi presencia. Mi casa, no es física, es el lugar donde habito, el espacio donde quiero que encuentres refugio y paz. Mi deseo es que Mi casa sea también tu casa, tu refugio seguro, donde puedas ser transformado y renovado. YO, el Alfarero, comienzo a trabajar en ti. Sé que a veces sientes que eres solo tierra, sin forma ni propósito, pero déjame mostrarte lo que puedo hacer con Mis manos. Con cuidado separo la tierra de la arcilla, remuevo las impurezas que te impiden avanzar y tomo aquello que parece roto para convertirlo en algo nuevo y valioso. No tengas miedo de traerme las piezas rotas de tu vida. Sé de esas heridas que has cargado por tanto tiempo, pero YO ESTOY aquí para sanarlas. En Mi taller, puedo hacerte nuevo. Si la vasija se echa a perder, no temas: siempre te doy otra oportunidad. Te lavo con Mi Palabra, te quito el velo de los ojos para que puedas ver con claridad el camino que he preparado para ti. No dejes que la desesperación te robe la paz. Trae tus ansiedades a Mí, ponlas en Mis manos, porque YO todo lo puedo. Mientras te amaso y te formo, quizás sientas dolor o incomodidad, pero recuerda que Mi voluntad para ti es buena, agradable y perfecta. Estoy haciendo en ti una obra que no puedes imaginar. Aun cuando no entiendas por qué suceden ciertas cosas en tu vida, confía en que siempre estás en Mis manos. Estoy quitando esos pequeños detalles que podrían dañarte más adelante. Estoy preparándote para el fuego del horno, para el momento en que seas fortalecido y moldeado completamente. No te rindas. Permíteme trabajar en ti, porque en Mis manos, puedo hacer los más grandes milagros. Te amo con un amor eterno, y nunca dejaré de perfeccionar la obra que comencé en ti. Confía en Mí. Yo soy el Alfarero, y tú eres Mi creación amada. -.- ti5


ISAÍAS 64.8

Pero tú, Señor, eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú eres quien nos da forma; todos nosotros somos obra de tus manos.

SALMO 147.3

El Señor reanima a los descorazonados,
y sana sus heridas.

LUCAS 4.17

Si te arrodillas delante de mí, todos serán tuyos.

Un Comentario

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *