YO TE DOY FE QUE ACTÚA

Ahora puedes ver que la fe de Abraham iba de la mano con sus hechos. Su fe se perfeccionó con el bien que hizo.–

Santiago 2:22

CONFÍA EN EL PADRE. Cree también en mí, su hijo. Despójate de la fe falsa y cree realmente. Despójate de la fe profesional y confía todo tiempo, en todas circunstancias.  Sin duda alguna. Témele a la “fe” que solo la puedes pensar pero no te impulsa a actuar, esta es una fe que miente. Ten por seguro que esa no es la fe sólida y práctica de Abraham, quien confiaba en mí para su casa, su negocio, su esposa y su hijo, y actuó. La fe que hizo que David confiara en mí cuando se enfrentó contra Goliat, y peleó. Ese es el tipo de fe que tú debes tener. Si no se puede confiar en mí para tu provisión diaria y trabajar, ¿cómo confiarías para las cosas de la eternidad y las cosas que todavía no te he revelado? Creeme y muévete conmigo con una fe cotidiana. La fe es el ejercicio de tu sentido común santificado. La razón, sin contaminación del pecado, respalda la confianza en mí. Tu fe en mí se ve por lo que haces no por lo que piensas. ¡Créeme!. YO reino sobre todas las cosas y sobre  ti. Todos verán que la “fe” en las cosas de este mundo es supersticiosa y despreciable y la fe puesta en mí es activa y admirable. -.-


SANTIAGO 1.6, 2.14-21; HEBREOS 11.6; GÁLATAS 5.6

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