
SALMO 52 – JTH
YO TE DEFIENDO DE LOS PODEROSOS
¿Por qué te glorías en tu maldad, oh guerrero de sombra y acero? ¿No sabes que la misericordia de mi Padre resplandece eternamente, aunque tú la ignores?
Tu lengua es cuchillo en la penumbra, tejes destrucción como si fuera arte. Eres hábil para mentir, y aún presumes de ello ante el cielo.
Amas la oscuridad más que la luz, el veneno más que el pan de verdad. Haz silencio. Medita.
Tienes placer en herir con palabras, cada sílaba tuya lleva filo. Eres un constructor de ruinas, un sembrador de tormentas.
Mas YO te lo digo: Vendrá el día en que serás arrancado, derribado por la mano de mi Padre. Serás sacado de tus palacios, y como árbol seco, desarraigado de la tierra viva. Calla y escucha.
Los justos verán y temblarán, pero luego sonreirán con sabiduría. Dirán con voz serena:
“Miren al que confiaba en su riqueza, al que creía que el mal era su escudo. Su poder lo traicionó, y su arrogancia lo condujo a la nada”.
Pero hay quienes, como olivos eternos, permanecen en mi casa, firmes, verdes, nutridos por el amor inagotable de mi corazón.
Y ellos cantarán mi nombre, porque he obrado con justicia. Y en medio de los fieles, alabarán mi bondad por los siglos.

